Electroestimulación de vejiga hiperactiva
La estimulación del nervio tibial posterior a través de electrodos de superficie, fue propuesta por McGuire en 1983. En 1987 Stoller Et, demostró que la estimulación periférica intermitente sobre nervio tibial posterior, podría inhibir la vejiga hiperactiva. Posteriormente se utilizó este tipo de corriente en el tratamiento de la vejiga hiperactiva, a través de electrodos de superficie y observó en estudios urodinámicos, un aumento de la capacidad vesical, además de retrasar la aparición de contradicciones no inhibidas del detrusor.
La evidencia actual sobre estimulación nerviosa percuatánea tribial posterior como método fisioterapéutico para la vejiga hiperactiva, muestra que es eficaz en reducción de los síntomas, en el corto y mediano plazo. No hay problemas de seguridad importantes con su empleo. Por otra parte, a pesar de que actualmente el tratamiento farmacológico debe ser la primera opción, la adherencia al tratamiento es baja, especialmente por los efectos secundarios que conducen a la supervisión del 60% de los casos.
La electroestimulación del nervio tibial posterior, es considerada como una forma de estimulación periférica sacra más sencilla mínimamente invasiva, de fácil aplicación, bien tolerado por las pacientes y más accesible económicamente.
Mecanismo de acción: El fundamento científico, se enfoca en que se trata de suministrar una corriente de baja frecuencia e intensidad, que desde el nervio tibial posterior enlaza con el nervio sacro (S2-S3), produciendo una inhibición de las contracciones del detrusor producidas por el Centro Sacro de la Micción. Este estímulo, es mediado por estimulación retrógrada del plexo nervioso sacro (neuromodulación). El nervio misto tibial posterior, posee fibras que se originan de los mismos segmentos espinales que los nervios de la vejiga y suelo pélvico (S2-S3).
La estimulación del nervio tibial posterior, produce una típica respuesta motora (flexión plantar o avivar de los dedos de los pies) y sensorial (sensación de hormigueo en tobillo, pie y dedos del pie).
Procedimiento: Se busca el punto inserción de un electrodo en cara tibial interna, aproximadamente a tres dedos (5 cm) en sentido cefálico, respecto al maléolo medial y a un dedo (2 cm) posterior a la tibia y el otro electrodo, en la cara interna del talón.
El equipo viene diseñado para suministrar la intensidad, dependiendo del punto de punción; no es necesario que la aguja esté en contacto con el nervio tibial posterior, pero si que esté dentro de un área de 1cm al rededor de este, dependiendo de la intensidad proporcionada.
La aplicación consiste en 2-3 sesiones ambulatorias por semana, siendo en promedio 15 a 20 sesiones, de acuerdo a la respuesta de cada paciente, cada ciclo de 30 minutos.